Nos estamos acostumbrando, cada vez más, a ver placas solares en los tejados de casas y edificios. A diario, no es raro pasar por delante de alguna vivienda y observar el número de placas que tiene instaladas, dependiendo de las necesidades y las dimensiones de cada hogar. Por ello, es esencial conocer los materiales que componen un panel solar.
El uso de la energía solar conlleva un ahorro importante en la factura eléctrica, prácticamente, desde el primer mes. Así, no debemos extrañarnos si cada vez son más las familias que cuentan con este sistema energético, que tanta popularidad ha gozado en los últimos años.
Y es que no es solo un ahorro importante en el hogar. También en edificios municipales, entidades oficiales y empresas están instalando este sistema que tanto bien hace al medio ambiente y supone una buena inversión y ahorro para los contratantes, además de revalorizar la vivienda, reduciendo la huella de carbono.
¿De qué materiales se trata?
Los paneles solares están fabricados con distintos materiales, dependiendo de cada fabricante. En la mayoría de los casos, estos materiales suelen ser de uso generalizado para todas las placas.
De esta manera, las células fotovoltaicas que forman los paneles solares y que se interconectan entre sí, están hechas de un material que se llama silicio cristalino, la mayoría de las veces, o arseniuro de galio. Ambos materiales son conductores.
Si nos centramos en las células de silicio, pueden ser de tres tipos diferentes:
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- Silicio monocristalino (más eficientes, proporcionan un tono azul oscuro o negro uniforme al panel).
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- Silicio policristalino (menos eficientes, aunque más económicas, le dan al panel un color azul intenso).
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- Silicio amorfo (más baratos, más finos y flexibles que los anteriores).
El silicio que se emplea como material del panel solar se suele cortar en pequeños trozos, ya sean monocristalinos, policristalinos o amorfos. Tras cortarlos, se pulimentan y se envuelven de conductores metalizados y otros componentes.
Otro de los materiales más empleados en la fabricación de los paneles solares es el cobre. Esta es la principal opción por ser más económico que la plata como conductor y su eficiencia está más que probada en el mercado. El mismo ejemplo lo tenemos con el plástico, habitual en las cajas de conexiones.
Si nos centramos en los materiales que componen un panel solar, podemos decir que una placa solar está compuesta por materiales como el vidrio templado, en la primera capa, con un grosor de entre 3 y 5 milímetros. Este material también sirve como protector del panel, recubierto por un marco de aluminio anodizado o con recubrimiento de polvo. Este metal, al contar con mucha rigidez, es un gran protector frente a la corrosión.
En numerosas ocasiones, sobre el vidrio templado se aplica una capa de cemento conductivo térmico, que se encarga de evitar que el panel solar pueda tener sobrecalentamiento.
Otro de los elementos esenciales del panel es la cubierta posterior, que cuenta con varias capas fabricadas en fluoruro de polivinilo de tedlar, polivinilo de kynar o tereftalato de polietileno. Se encarga de proteger el resto de los componentes del panel solar.
En cuanto a la caja de conexiones y el encapsulante, ya hemos comentado con anterioridad que la caja de conexiones se suele fabricar en plástico, mientras que el encapsulante está fabricado con etilvinilacetato (EVA), el material más resistente a la luz solar de todo el conjunto.
En DIMARSA ENERGY SOLUTIONS contamos con los mejores fabricantes de paneles solares, por lo que la garantía de nuestras placas está más que asegurada. Nos adaptamos a tus necesidades y presupuestos personalizando cada instalación acorde a tus intereses.
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